Traducción literal parcial de un articulo escrito por Steve Grenard, y
basado en el libro Williamson, et al (eds). 1996. Venomous and Poisonous
Marine Animals. University of New South Wales Press, Sydney.
N.
del T.: Este material debería ser revisado por médicos especializados
antes seguir las recomendaciones descritas por el autor.
Primeros auxilios:
1.-
Controlar cualquier hemorragia visible. Si algún vaso sanguíneo es
perforado aplicar presión directa con fuerza sobre el punto de sangrado,
sin importar cuanto dolor esto genere.
2.- No aplicar torniquetes o bandas de presión sobre todo el miembro afectado.
3.-
Inmediatamente sumergir el punto de penetración en agua tan caliente
como se pueda tolerar. Los cuidadores deben comprobar la temperatura
antes de sumergir la extremidad afectada en el agua caliente. Esto
debería ayudar a disminuir el dolor, y la zona afectada debería
permanecer sumergida hasta que el dolor comience a desaparecer.
4.-
Desinfectar el área afectada inmediatamente después de sacarla del
agua. El área afectada puede ser tratada con una solución de Betadine y
limpiar la herida con una esponja o cepillo suave, agua fría y un
desinfectante suave.
5.-
Buscar ayuda médica aun cuando la herida parezca trivial. La zona
afectada debería al menos ser radiografiada para comprobar que no han
quedado trozos de aguijón
Cuidados médicos:
1.-
El personal medico puede utilizar una inyección de Lidocaína al 1% para
controlar el dolor si es necesario. La infiltración de Lidocaína puede
hacerse directamente en la herida causada por el aguijón Curiosamente
esta técnica ha probado minimizar la necrotización del tejido, aunque el
mecanismo de funcionamiento no es claro.
2.-
Si el dolor insoportable persiste, la víctima puede requerir un
bloqueador nervioso regional, que debe ser administrado por un
anestesiologo en condiciones controladas.
3.- La zona de la herida debe ser radiografiada en busca de trozos de aguijón
4.-
Si la radiografía resulta positiva o sugiere la presencia de fragmentos
del aguijón, la herida se debe explorar bajo anestesia. El uso de un
microscopio de operaciones ayuda en la confirmación de trozos de aguijón
o de la mucosa que lo recubre, así como en su extracción.
5.-
La herida debe dejarse abierta para permitir la formación de costra. No
deben usarse suturas, o suturar muy poco en caso de que se requiera
cirugía.
6.- El paciente debe ser observado durante al menos 24 horas. Los signos y síntomas de alergia deben ser tratados.
7.- Profilaxis contra el tétano debe ser administrada al paciente, a menos que se haya recibido recientemente.
8.- Se les debe administrar a los pacientes antibióticos de amplio espectro como los recomendados para lesiones cutáneas.
9.-
Las secuelas más comúnmente esperadas de este tipo de accidentes son
necrosis del tejido e infecciones bacterianas secundarias en la herida.
10.-
Todas las heridas ubicadas en el torso deben ser tratadas de
emergencia. Agresivas necrosis e infecciones bacterianas en órganos
cercanos a la zona perforada se deben considerar posibles, y pueden
ocasionar un resultado fatal en este tipo de heridas, algunas veces días
o semanas después del incidente inicial. La sintomatología puede no ser
detectable hasta que la infección y la destrucción de tejido son
incontrolables.
-
GUTIERREZ, J, BENITEZ-GUERRA, I y BENITEZ-GUERRA, G. Envenenamiento por
rayas de agua dulce. RFM, jun. 2004, vol.27, no.2, p.131-134. ISSN
0798-0469. Publicado por la Revista de la Facultad de Medicina de la
Universidad Central de Venezuela. Disponible en la World Wide Web: <http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-04692004000200009&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0798-0469.
Las
rayas de agua dulce, son peces cartilaginosos de la familia
Potamotrygonidae; tienen cuerpo aplanado, de forma redondeada o
romboidal, con una cola de la cual sobresalen una o más espinas. Estas
espinas son muy fuertes, de formas variadas, aserradas y tienen una
vaina de tejido epitelial, denso y glandular que constituye el aparato
secretor de veneno.
El
envenenamiento se produce en forma accidental, cuando el animal, al ser
pisado o estimulado se defiende, realizando un movimiento reflejo de la
cola en forma de latigazo.
La
herida producida en el accidente puede ser desgarrada o puntiforme,
generalmente se localiza en el dorso o planta de los pies. Se han
descrito casos poco frecuentes de heridas en tórax o abdomen con
resultados fatales.
En
comparación con las rayas marinas, el veneno de las rayas de agua dulce
parece ser poco tóxico; tiene una acción histolítica y anafiláctica; la
laceración tisular favorece la absorción y distribución del veneno.
Una vez ocurrido el envenenamiento, las manifestaciones clínicas se presentan de inmediato:
-
Manifestaciones locales: Herida punzo-penetrante, que interesa planos
subcutáneo y muscular, dolor intenso, irradiado al resto del miembro
afectado, edema, sangramiento profuso y paresia.
- Manifestaciones sistémicas: Nauseas, vómitos, diarrea, sudoración profusa, hiperventilación, agotamiento.
A todos los pacientes¹ se les realizó:
1. Infiltración de lidocaina al 1% en los bordes y fondo de la herida.
2. Limpieza rigurosa de la herida con agua y jabón Povidine y colocación de apósito.
3. Inmunización con Toxoide tetánico.
4. Prescripción de antibióticos (Ampicilina 500 mg VO c/ 6 h + Clindamicina 300 mg VO c/ 6 h) y analgésicos.
En
una ficha se registró la edad, sexo, sitio de la lesión, actividad
durante la cual ocurrió el accidente, tiempo de latencia, el tratamiento
y la evolución.
Se indicaron controles semanales.
La
herida afectó las extremidades inferiores en el 95% de los casos. De
estos, la mayoría ocurrió en el dorso del pie (43%), el resto en la
planta del pie (36%) y las piernas (21%).²
La
mayoría de los pacientes acudió al Ambulatorio poco tiempo después del
accidente, el retraso en la atención y la permanencia del epitelio del
dardo en la herida retarda la cicatrización y puede favorecer un cuadro
de infección sobre agregada. La infección es poco común, pero si ocurre,
resulta en mayor morbilidad.
Los
agentes infecciosos se encuentran en el agua, Staphylococus y
Streptococus son los más comunes y no deben ser ignorados. Otros
patógenos especialmente relacionados con el envenenamiento son especies
de Vibrio (en agua salada) y Aeromonas (en agua dulce).
Aparentemente,
al retirar el pie del agua el dolor se hace más intenso y al cubrir la
herida con esos elementos disminuye la intensidad. No obstante, esto
solo puede incrementar los riesgos infección bacteriana sobre agregada.
Una
forma de tratamiento, en el lugar del accidente, consiste en colocar el
pie en un recipiente con agua caliente, lo más que pueda tolerar el
paciente, para inactivar la toxina y así aliviar los síntomas mientras
el paciente es trasladado al centro médico más cercano.
La
cobertura antibiótica debe incluir Staphylococus, Streptococus y
gérmenes del agua. Los antibióticos indicados en el presente estudio
incluyen en su espectro a los agentes infecciosos involucrados; sin
embargo otros antibióticos recomendados son quinolonas (ciprofloxacina,
levofloxacina), doxiciclina, trimetoprin- sulfametoxazol, cefuroxime y
aminoglicosidos.
La mayoría de los médicos selecciona para el tratamiento antibiótico profiláctico un ciclo corto de 5 a 7 días por vía oral.
Solo la mitad de los casos acudió a control semanal.
Con
excepción de un caso, todos los que acudieron a control presentaron
heridas limpias con buen tejido de granulación, la curación ocurrió en
un periodo promedio de 2 semanas; estos resultados son similares a los
publicados por Machado - Allison y Rodríguez – Acosta.