La historia de ésta historia comienza hace unos meses cuando fuimos con Ángel a La Balandra con motivo de probar el recién adquirido Cryfish de Nitces, antes propiedad de Mario Cabrera. Para no aburrirnos llevamos también el Triplo y estuvimos dándole un rato largo, probando las cualidades del nuevo buque. Al salir del agua dejamos los kayaks a unos 3 metros de la costa, el agua estaba tranquila y el rio estaba bajando; eran aproximadamente las 14:30 hs.

Todas las condiciones estaban dadas para quedarse tranquilo e ir hasta el puesto de guardavidas que se encontraba a pocos metros de donde desembarcamos para tomar unos mates mientras charlábamos con Martín, un guardavidas de la zona también kayakista y pescador. Luego de un rato largo de charla se nos da por mirar los kayaks y nos encontramos con la sorpresa de que estaban inclinados, acomodados de una forma diferente de la que los habíamos dejado, pero para mayor sorpresa, la costa estaba mas lejos que cuando los habíamos dejado, es decir el rio había bajado y no subido. Empezamos a mirar con desconfianza en busca de algún amigo de lo ajeno que aprovechado el descuido haya manoteado un turrón, una fruta o una esponja… esas porquerías baratas que solemos llevar los kayakistas, pero no, no se encontraba nadie en la zona. Al preguntarle a Martín si había visto algo él nos responde… “quédense tranquilos, habrá sido la ola de las 3”. Lo miramos nos reimos y le preguntamos de qué estaba hablando y entonces nos cuenta que casi todos los días alrededor de las 3 de la tarde se arma una ola por mas que el rio este planchado y que hace salir el agua mas allá de la línea normal de la costa, que se si la enganchas justo mirando el rio la ves que se viene armando desde adentro. Obviamente ninguno de los dos creyó la historia lo gastamos un rato y seguimos hablando huevadas.

La historia quedó temporalmente como un cuento de un amigo.

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Cuando andaba con ganas de comprar un zapatito, no dudé en ir a verlo a Cesar Colombo (dueño de Nitces), ya que él se dedicó a hacer aguas blancas mucho tiempo. Me asesoró,me subí a algunos kayaks, y luego me contó algunas anécdotas. Una de ellas hacía referencia a que días atrás había ido al rio en Bernal con su zapatito y había tenido la suerte de agarrar esa secuencia de olas que se forman en el rio de improvisto y recorren una linda distancia. Le pregunto si era la ola de las 3 y me responde que no sabe de qué estoy hablando, pero que cada tanto a la tarde se encuentra con esa ola que no sabe de donde viene.

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Remando con los chicos de Punta Kayak, Seba, alias el monstruo me cuenta que el otro día estaban cruzando los Malecones, el rio estaba tranquilo y de repente una ola que si bien no era monstruosa, estaba fuera de contexto , casi tira al otro kayakista también llamado Sebastián. Le pregunté si habían escuchado hablar de la ola de las 3 y me dice que no, le cuento las anécdotas anteriores y me dicen que sacando cálculos la hora podría haber coincidido.

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En la travesía Berisso – Atalaya – Berisso , que hicimos éste Domingo 10 de Julio con Ángel luego de descansar y almorzar partimos de regreso a las 14 45, nos encontramos con un kayakista solitario y nos pusimos a charlar ahí nomas en la desembocadura del arroyo Atalaya, el rio era aceite ni siquiera se movía, cuando terminamos de saludar empezamos a acomodar los kayaks y de repente cuando quiero salir una ola me mambolea, y atrás otra y atrás otra. Fueron como 6 o 7 olitas seguidas me hizo tener que esperar para salir ya que la orilla estaba baja y resultaba imposible. Una vez que pasó nos preparamos ahora sí para emprender el regreso, Ángel prende el Gps, yo miro la hora y sorpresa…. Eran las 14:59

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Berisso, Punta Lara, Bernal y Atalaya quedan bastante lejos como para que sea solo una coincidencia. Ángel dice que quizá sea la ola del buquebus, otros dicen que no puede ser que tiene que ser otra cosa…no sé…

Quien quiere creer crea, quién sepa por favor devele el misterio.