El domingo 3 de Abril, amanece nuboso, pero no nos achicamos, cargamos los kayaks en el auto, y partimos rumbo al Puerto de Belen de Escobar. Esta vez, incorporabamos al equipo, sendas cañas con sus respectivos señuelos, con deliberada intención de encontrar el combativo Dorado. El derrotero elegido, era Paraná de las Palmas, Canal Honda, Canal del Este, y desde acá, por el Río de la Plata directo a La Lucila. Apenas terminamos de preparar los kayaks, se larga la lluvia, pero ya estabamos listos, asi que allá fuimos!! Finalmente, la lluvia no fue fuerte, ni duro mucho, y la remada se hizo muy placentera con corriente a favor y una suave brisa de popa. El primer incidente, vino cuando cruzamos El Capitan. Apenas habia cruzado, una lancha colectivo engancho mi señuelo, y antes que pudiera atinar a nada, me chabía chupado la totalidad de la tanza!!! Un bajón!!! Pero mi amigo Roberto, siempre precavido, llevaba un reel de repuesto, asi que cambiazo, y a seguir pescando...
Tomamos por el Canal Honda, y luego por el Canal del Este, a esta altura el cielo habia clareado, y el sol nos regala sus tibios rayos de otoño... Ante nuestra pregunta, un islero nos dice que solo salen bagres... pero preferimos no oirlo, y seguimos en la busqueda de El Dorado. Terminamos de recorrer el Canal del Este, y lugo los bajos de su desembocadura en el Río de la Plata, que acusaba una importante bajante, en este sector, no había más de 25 cm de agua, por lo que optamos por recoger los señuelos para evitar enganches.
Más adelante, el río vuelve a ganar profundidad, y mientras me preparo para volver a lanzar, una lisa salta por sobre la cubierta de proa, y huye haciendo patito del otro lado!!!
Se notaba una actividad importante, veíamos los peces saltar aquí y allá, así que vuelvo a lanzar, y sigo remando, ya en río abierto veníamos distanciados con mi compañero por unos 500 mts. Cuando… pico?
Fue un tiron suave y sostenido, por lo que creí que había enganchado el señuelo, pero los los tres fuertes tirones que siguieron me aseguraron que era un pique!!!
Sin embargo, al haberse producido el pique detrás de mío, y al tener corriente y viento de popa, me dificulto mucho las maniobras y la recogida, por lo que volvi a creer que había enganchado en algún árbol hundido, por lo firme que sentía la caña, cuando en realidad el bicho me estaba frenando con kayak y todo!!!
A esta altura, Roberto ya se había acercado con su kayak, alcanzo a decirle que no sabía si traia algo o había enganchado, cuando lo siento saltar a mis espaldas!!!
Un dorado!!! Es un dorado!!!! Grito Roberto. Lamentablemente, no pude ver ese magnífico salto, pero lo sentí…
No teníamos red, así que Roberto se acercó, y me ayudo a sacarlo del agua, era un magnífico ejemplar de 3,450 kg.
El equipo utilizado, fue una caña de 2,20 mts,, un reel frontal (el de repuesto), creo que con tanza de 0.20, no estoy seguro, mi kayak es un “clon” del Neko I, 5,10 m. de eslora, y 56 cm de manga.
El dorado viajo en el tambucho de proa hasta llegar a la costa de La Lucila, donde hicimos las fotos…
Ah!!! Como broche, cuando estaba ya cerca de la costa, siento un golpe en la espalda, como si fuera un pelotazo, logro darme vuelta y alcanzar a ver que era un pez que al saltar fuera del agua, me pego en la espalda, cayó sobre la cubierta de popa, y de ahí al agua… increíble!!!
Subimos los kayaks por la rampa de cemento, y allí nos esperaba la esposa de Roberto en la camioneta, con Lucio, Clarita, y el peque Lorenzo de tan solo unos pocos meses. Cargamos todo en la camioneta, dejamos los kayaks en casa, y vuelta a Escobar a buscar mi auto…
Fue una larga jornada, y por cierto agotadora, pero sin ninguna duda que valió la pena…
Buenos vientos.
Martín