Recreo San Gabriel Albufera de Mar Chiquita Buenos Aires Hacía tiempo que no visitábamos este maravilloso ecosistema declarado como biosfera por la UNESCO en el año 1996. El mes de Febrero contrariamente a lo que podemos suponer es excelente para la pesca de pejerreyes en el lugar ya que por la temperatura del agua templada se mantienen bien activos ofreciendo una excelente batalla ni bien sienten el pinchazo del anzuelo.



Las características de estos peces se diferencian a los del mar, no podemos decir que son escardones, colitas negras, cornos o panzones ya que es un pejerrey adaptado a un medio salobre y sus hábitos alimenticios evidentemente son diferentes. Los detalles morfológicos muestran una estructura corporal robusta, cabeza relativamente pequeña como su boca, su color es plateado azulado amarillento con tonos verdosos y en la zona ventral blanco, su olor es fuerte, diría especial y singular a esta especie, recubierto con abundante baba que impregna por bastante tiempo las manos del pescador al manipularlo cuando se le extrae el anzuelo. Su tamaño raramente supera los 600gr siendo las capturas más comunes las que van entre los 200 y 300gr. Y lo más importante: Su carne es deliciosa!!




La cuota permitida en esta época es de 25 ejemplares por pescador y su talla deberá superar los 25 cm. Elegimos el día martes 11 de Febrero para probar suerte con el pejerrey y ¿por qué no? intentar dar con otras de las especies emblemáticas de la albufera como ser la corvina negra, lenguado o lisa, sabemos que es muy difícil pescar las cuatro especies en una jornada pues normalmente no se hallan en un mismo lugar y al transportarnos con los kayaks y no a motor el tiempo nos juega en contra por las extensas distancias a recorrer. Partimos del recreo San Gabriel ubicado a unos 5,5 km pasando el peaje de la ruta Prov.11 para el lado de Villa Gesell a eso de las 7.45hs. La troupe de pescadores se conformaba por Fabián Castellan, Fabián Mateos. Juancito Micich y quien relata Miguel Vinciguerra. La mañana se mostraba amenazante con tormentas dispersas, en concordancia con lo indicado por el pronóstico, pero nos jugábamos a que las mismas fueran solo pasajeras y con algún esporádico chubasco, les recomendamos llevar abundante repelente a los amigos que decidan acudir al lugar ya que los mosquitos “te llevan en andas” jajajaja.



Empleamos kayaks cómodos y ligeros pues la distancia a recorrer eran bastantes extensas ya que visitaríamos un punto clásico ubicado frente al medaño blanco (si orientan sus miradas para el lado del sector Este verán una elevación sobre el horizonte que lo distingue del resto de las dunas) El point se ubica a 4 km del desembarcadero, el recorrido se hace un poco a remo y otro poco caminando dado que la profundidad de la laguna es escasa (no más de 1 metro en esa zona) y tenemos que tratar de evitar los famosos bochones, muy duros, algunos alcanzan los 5 metros de diámetro y filosos, son una especie incrustaciones coralinas construidas por un tipo de lombriz de mar denominada poliquetos, hay que tratar de esquivarlos para no rayar las estructuras de los kayaks.


Luego de 45 a 50 minutos llegamos al lugar, distinguido por un palo que lleva en su extremo superior una bocha naranja que podemos observar a la distancia. Una vez apostados armamos equipos compuestos por cañas de dos tramos de aprox 2,7 metros o 9 pies, línea de 3 anzuelos tipo paternóster anzuelos pequeños núm. 6 o7 brazoladas de 40-50cm un plomito de 20 grs reeles frontales medianitos, en mi caso pesque de fondo pero funcionan perfectamente las clásicas tres boyitas. Como carnada camarón pelado, con cascara también funciona y aguanta un poco más el descarne de los mas pequeñitos. No es conveniente tirar mucha ceba ya que en cuestión de segundos “se mina” de pequeños ejemplares. Los lances los hacíamos a unos 20 metros del kayak y el pique es muy sutil hay que dejarlo comer y por lo general vienen tragados, otra carnada rendidora es el magru salado combinado con camarón, tripa de pollo, puede andar el filete de dentudo o mojarra para los más grandes ya que son muy voraces a pesar de su pequeña boca tragan importantes volumen de carnada.


Los piques no se hicieron esperar al igual que los sistemas de tormentas eléctricas y de lluvia, mucho reparo no hay ya que estamos en el medio de la nada y la costa más cercana a ese point se halla a unos 1,5 km aprox. No quedaba otra que aguantar y rezar o pegar la vuelta. La pesca era más que interesante cubriendo la cuota en menos de 2 horas con ejemplares que promediaban los 30 cm algunos llegando a los 35 pero las fuertes lluvias hicieron que dos de los integrantes pegaran la vuelta en forma anticipada, sabia decisión, quedando solitos como locos malos Mateos y yo capeando el temporal.


Un claro en medio de la fuerte tormenta nos hizo ilusionar en que las condiciones nos darían un respiro aunque sea por un par de horitas ya que estábamos con la idea de probar con las otras especies pero al observar para el noroeste nos dimos cuenta que quedaríamos atrapados nuevamente bajo una cortina de agua aunque por la posición de las nubes tal vez zafaríamos en algo, pero no, la gran masa nubosa se encapricho con nosotros y pego la vuelta con la diferencia que traía fortísimas ráfagas de viento y una lluvia torrencial que te hacían tomar agua de parado, parecía que San Pedro estaba ensañado con nosotros!! “Viejo danos un respiro” pensábamos, gracias a Dios estos maravillosos kayaks son auto vaciables y drenan los líquidos caso contrario estaríamos dentro de un yacuzzi pero con los waders puestos jajajaja



La GoPro Black edition un fierro!! Bajo la intensa lluvia comenzamos a desarmar los equipos lentamente, por suerte veníamos preparados para recibir un posible aguacero pero…. no tanto!! El hecho fue que después de media hora se podía ver un reflejo luminoso detrás de esas paredes de agua, señal inequívoca que el “tormenton” estaba pasando, fue como si hubieran cortado la nube con un cuchillo ¿Seria San Pedro que escucho nuestros rezos? Entonces se despejo casi por completo el cielo y nos dio la pauta para decir “go home” estábamos sanos y a salvo agradecidos por no haber recibido una descarga a tierra de los “famosos y tan de moda” rayos ya que nuestras cañas son de grafito 100% Una pesca más con sabor a aventura que disfrutamos sobre nuestros queridos kayaks en compañía de amigos, interactuando en un ecosistema tan singular como la Laguna de Mar Chiquita, cuidémosla es un lugar único ubicado en un rinconcito del sudeste de la Prov de Buenos Aires, saludos!!